|
|
DIRECTORIO de la SECCIÓN |
LOS SIGNOS Y SUS CLASES |
Los documentos a los que desde aquí se accede han sido realizados expresamente para desarrollar los programas académicos que trabajamos con nuestros alumnos. También está disponible una estructura tipo «Wiki» colaborativa, abierta a cualquier docente o alumno que quiera participar en ella. Para acceder a estos contenidos se debe utilizar el «DIRECTORIO de la SECCIÓN». Para otras áreas de conocimiento u opciones use el botón: «Navegar» |
Los signos y su significación |
Desde el principio de la humanidad el hombre ha buscado el modo de interpretar e
intercambiar información relativa a objetos o acontecimientos, producidos o por
venir, naturales o artificiales, con sus semejantes. El entorno natural es pleno
en señales que informan sobre hechos de interés diverso. El humo indica la
existencia de un fuego cercano y unas pisadas impresas sobre la arena húmeda de
la playa advierten del paso reciente de alguien por ese entorno.
Los
ejemplos expuestos son indicadores naturales que se articulan sobre el
binomio causa-efecto sobre el que no ha intervenido la voluntad humana. Otro es
el caso de las luces que brillan en un semáforo, los colores de una bandera o el
dibujo que advierte de una curva peligrosa al conductor que circula por una
carretera. En estos casos, la interpretación del mensaje transmitido nace de un
acto social, de un acuerdo alcanzado en el seno de una comunidad. La relación
causa-efecto es sustituida por una convención arbitraria pactada. Igual
sucede con los signos que identifican a los diferentes elementos en la
formulación química o las marcas lingüísticas fonético-fonológicas o
morfológicas.
Las
lenguas se construyen a partir de signos convencionales, las palabras,
construidas y combinadas de acuerdo con determinadas reglas asumidas por el
conjunto de sus usuarios.
Los
signos, palabras incluidas, se componen de dos partes: el concepto o imagen que
significan, representan o evocan, el
significado, y la figura, sucesión de letras o fonemas que ilustran, señalan
o indican ese concepto, el significante.
El signo y sus clases |
La lingüística otorga la consideración de signo a todo aquello de carácter
visual o auditivo capaz representar o evocar algo distinto de sí mismo, que
represente un concepto o cosa que tenga significado para un emisor y un
receptor. Peirce lo define así:
«Un signo o representamen, es algo que significa algo a alguien en
algún sentido o calidad. Prepara a alguien, es decir, crea en la mente de
aquella persona un signo equivalente, o quizá un signo más desarrollado.
Este signo que crea yo lo denomino interpretante o el primer signo. El signo
significa algo, su objeto»[1].
La interpretación adecuada de los signos va a depender de la información
mental, social y cultural que posean los hablantes. Sigue Peirce al
respecto:
«La función representativa de un signo no estriba en su cualidad material ni
en su pura aplicación demostrativa, porque aquélla es algo que el signo no
es en sí mismo o en una relación real con su objeto, sino algo que es para
su pensamiento […] Sea cual sea el modo como pensemos, tenemos presente en
la conciencia algún sentimiento, imagen, concepción u otra representación
que hace de signo. Porque pensar es poner signos en relación. Cualquier
pensamiento precedente sugiere algo al pensamiento que lo sigue, es decir,
que es el signo de algo para este último».
En el proceso comunicativo, el hablante, en el doble proceso de pensar y
hablar, localiza en su almacén de significantes, los referentes adecuados al
mensaje que emite, y selecciona, después, de entre su inventario
lingüístico, los elementos más acordes con su objetivo. La riqueza o pobreza
de ese inventario depende del acervo social y cultural de que se dispone.
Por eso algunos semiólogos contemplan la Semiótica, la ciencia de los signos
y su significación, como herramienta democratizadora de la cultura.
Así, las habilidades comunicativas, las actitudes, el conocimiento junto con
el entorno sociocultural favorecen u obstaculizan la circulación de mensajes
entre emisores y receptores.
Si el receptor no posee o no ha desarrollado la habilidad de escuchar, de
leer, hablar o escribir, no estará capacitado para recibir y decodificar los
mensajes reales y fidedignos que la fuente codificadora ha querido
transmitir.
Clasificar los signos que pueden intervenir en un acto la comunicativo
depende del criterio adoptado. Si se atiende al sentido que lo percibe se
habla de visuales, auditivos, táctiles, olfativos o gustativos. La
clasificación formalmente más extendida se centra en el tipo de relación que
establecen significante y significado. Según ello se suelen diferenciar las
siguientes categorías:
Indicios:
Generalmente fenómenos naturales, involuntarios e incontrolables. El humo es
indicio inmediato de la presencia de un fuego, la fiebre sugiere la
existencia de un desajuste sanitario y un relámpago la cercanía de una
tormenta eléctrica. No comportan intención comunicativa al no depender de la
voluntad de un emisor. En el lenguaje verbal se manifiesta en forma de
gritos o exclamaciones involuntarias que expresan dolor, susto, sorpresa.
Señales:
Denota el fenómeno, tal cual lo hace el indicio, con la diferencia de que
aquélla es, en la mayoría de los casos, convencional, de manera que produce
un efecto que se quiere o espera del receptor o destinatario. Es un elemento
al que se le ha asignado un significado arbitrario. Significa aquello que se
ha decidido o acordado que signifique, aunque podría haber sido cualquier
otra cosa. Es un gesto, imagen, color…, que informa o avisa: señal de
tráfico, marina, deportiva… Las hay visuales, luces de semáforo, acústicas,
las campanas de una iglesia, táctiles, apretón de manos…
Iconos:
Asumen una evidente intención comunicativa fácil de interpretar, aunque se
perciban por primera vez. Por esta razón, suelen usarse en carteles
indicativos y algunas señales de tráfico. Se caracterizan porque mantienen
cierta relación de semejanza con sus significados, pero siempre convencional
o preexistente. Están generalizados en algunas señales de tráfico y en el
mundo computacional.
Existen palabras construidas a semejanza de los iconos. Son las onomatopeyas
que que imitan los sonidos de los seres u objetos a quienes representan:
miau, guau, bang, chist…
Símbolos:
Signos que revelan una relación convencional con un toque, referencia o
alusión a un hipotético vínculo natural entre el significante y el
significado: blanco/pureza, paloma/paz, corazón/amor, blanca/justicia…
Característicamente incorporados desde una cultura o visón concreta y
específica, exigen de un conocimiento profundo del propio código para ser
correctamente interpretados.
Logos:
Convive constantemente con el hombre moderno y tiene que mucho que ver con
la memoria visual humana. Están constituidos por imágenes, textos, formas, o
una combinación de ellas, que representan el nombre y el propósito de un
negocio, empresa o institución. El logo es inmediatamente interpretado y
reconocido de forma inmediata sin excepciones de lugar, condición o edad. La
M de ciertos establecimientos de comida rápida, las líneas blancas
paralelas o la garra que destacan en determinadas prendas son ejemplo de
ello.
Lenguaje verbal y no verbal se complementan. Un niño interpreta gestos,
sonidos, actitudes… antes de adquirir la madurez sensomotora necesaria para
la articulación lingüística.
[1]
Peirce,
Ch. (1958). En
Jensen,
K. (1997),
La semiótica social de la comunicación de masas.
Bosh.
ADEMÁS |
Responsables últimos de este proyecto Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica |
Apunte estadístico Portal activo desde abril de 2004. Los auditores de seguimiento que contabilizan las visitas desde esa fecha acreditan una suma entre 4.000 y 10.000 visualizaciones diarias para el conjunto de secciones que lo integran. Las visitas en el servidor «https» son privadas y no quedan reflejadas en los contadores visibles |
|