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DIRECTORIO de la SECCIÓN |
LA LITERATURA EN EL SIGLO XV |
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Introducción |
El siglo XV supone la descomposición del mundo medieval. La rígida sociedad estamental deriva gradualmente hacia nuevos modos y maneras de pensar y vivir que generan una sociedad menos estática a la vez que aparecen los primeros indicios del espíritu renovador y burgués que derivará hacia el Renacimiento. En literatura, por ejemplo, hacen su aparición los cancioneros, obras de poetas cortesanos para consumo de lectores alejados del mundo de los monasterios y la religión que han dominado hasta ahora la poesía culta. La Iglesia pierde peso en la cultura y surge un nuevo tipo de lector noble interesado en una literatura sin propósito doctrinal. La corte se convierte en lugar de debate poéticos y el conocimiento, la cultura y en arte pasa a formar parte de imprescindible de la educación de la clase aristocrática. Es una etapa, por tanto, de profundos cambios e inestabilidad.
Los temas en torno a los cuales gira la literatura son tres, fortuna, amor y muerte, tratados desde un doble punto de vista: el reflexivo, serio y trascendental, para el que la vida de soledad, corta y fugaz del ser humano termina en desengaño y frustración, junto al vitalista que, a partir de los mismos supuestos, y precisamente por ello, promueve el disfrute máximo de lo presente.
La poesía: Los «Cancioneros» |
Son recopilaciones colectivas o individuales de poemas escritos, casi siempre, por ciertos personajes de la corte que dejan en ellos evidencia de su ingenio. Son importantes los de Estúñiga, Baena, el Cancionero musical de Palacio y el Cancionero general de Hernando del Castillo. Los contenidos de los Cancioneros se encuadran en dos tipos de literatura: la poesía amorosa y la didáctico-moral.
Poesía amorosa
Poesía didáctico-moral
Se caracteriza por su tono elevado y solemne en el que las alusiones eruditas y el lenguaje latinizante, reflejan el interés por el mundo clásico derivado de la influencia de los tres grandes autores italianos: Dante, Petrarca y Boccaccio. Sus mensajes están muy influenciados por las corrientes filosóficas y de pensamiento que originan los fenómenos medievales denominados danza de la muerte y ubi sunt?
Las danzas de la muerte son espectáculos parateatrales propios del folklore europeo muy repetidos en la última etapa de la Edad Media. En ellos la muerte invita a bailar a importantes personajes recordando así el final ineludible e igualitario para todos los hombres independientemente de su condición social. Simbolizan la finitud de la vida, la desilusión y el arrepentimiento.
La danza de la muerte se entremezcla con otra corriente de la literatura cristiana que hace hincapié en la fugacidad de la vida a través del tópico del ubi sunt?, ¿dónde están? Consiste en una serie de preguntas retóricas sobre el destino de las personas, y de todo lo que vivieron un día (amores, riqueza, ciudades…). Su mensaje es simple: la muerte llega y todo lo iguala, sólo el recuerdo del pasado permanece. El paradigma de este tipo de literatura son las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique.
Noble. Reúne en su palacio de Guadalajara la mejor biblioteca del momento. Hace traducir obras latinas e italianas. Autor de poemas de temática amorosa. Sus obras más importantes son La Comedieta de Ponza y Bías contra Fortuna, pero es especialmente conocido por sus serranillas, de inspiración popular.
Juan de Mena, al servicio de Juan II de Castilla, cultiva la poesía amatoria y la alegoría moral. Su estilo es erudito y recargado. Escribe Laberinto de Fortuna, también llamado Las trescientas.
Jorge Manrique, noble y culto, aunque es autor de composiciones de asunto amoroso del género cancioneril, es universalmente conocido por las Coplas escritas a la muerte de su padre en las que expresa el poder irremisible de la muerte, siendo el ejemplo recurrente de la poesía didáctico-doctrinal. La estrofa utilizada en las Coplas de Manrique es la llamada copla de pie quebrado o manriqueña, que está formada por dos sextillas y sigue el siguiente esquema métrico: 8a 8b 4c 8a 8b 4c - 8d 8e 4f 8d 8e 4f
La prosa |
La prosa imita a los clásicos latinos y a la literatura italiana de la época. Es una suma de latinismos y alusiones culturales mezclados en un lenguaje popular. Tiene una triple orientación:
· La prosa didáctica. Continua el objetivo medieval de educar y modificar comportamientos. Destaca el Corbacho, de Alfonso Martínez de Toledo, arcipreste de Talavera, que combina la intención didáctica con cierta crítica satírica.
· La prosa histórica. Imita a los historiadores de la antigüedad y se centra en nobles y reyes. Aparecen así muchas crónicas de reinados, libros de linajes y biografías.
· La prosa de ficción. Se desarrolla a través de dos géneros diferentes:
La novela de caballerías. Narra las aventuras del caballero andante cuyo heroísmo, animado y dirigido por el amor a una dama le hacen triunfar sobre cualquier obstáculo real o mágico. Las obras maestras de géneros son Amadís de Gaula y Tirant lo Blanc. Alcanza su máxima popularidad en el siglo XVI.
La novela sentimental. Nace atendiendo a los nuevos gustos e ideales de la burguesía. Está marcada por el intimismo, es decir, apenas hay acción. Describe detenidamente la pasión amorosa de los protagonistas. Sobresale Cárcel de amor, de Diego de San Pedro
El teatro |
En Castilla, la producción teatral medieval fue muy reducida y limitada a escenas religiosas. El primer escritor que se puede considerar dramático es Gómez Manrique con su Representación del Nacimiento de Nuestro Señor, cercano todavía a la tradición medieval. El auténtico despertar del teatro se debe a Juan del Encina, terminado ya el siglo XV, que inicia la tradición de piezas profanas alejadas de los antiguos temas religiosos. En sus obras hablan pastores que se cuentan sus problemas amorosos.
La obra más representativa del siglo XV es la Celestina. Con ella se pone fin a la literatura medieval y se anuncia el Renacimiento.
La Celestina
La Celestina o Tragicomedia de Calixto y Melibea, de Fernando de Rojas, reúne el idealismo amoroso procedente del mundo cortesano medieval y el ambiente burgués de las nuevas ciudades. Mezcla personajes nobles y criados. Narra los amores de Calisto y Melibea que se conocen por la intervención de Celestina, quien usando sus artes de alcahueta cambia la voluntad de Melibea a favor del galán.
No es teatro para ser representado, sino para ser leído en voz alta. Fernando de Rojas afirma en la dedicatoria que encontró el primer acto escrito y que terminó la obra en sólo dos semanas. En la Celestina aparecen los tres temas que obsesionan el final de la Edad Media:
· El amor: lo representa Calisto. No es un amante cortés, aunque lo intenta, sino un egoísta.
· La fortuna: gobierna los sucesos que acontecen aunque nunca es un azar caprichoso.
· La muerte: es el final de todos los protagonistas, incluida Celestina. La obra termina con las lamentaciones del padre de Melibea.
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Responsables últimos de este proyecto Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica |
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