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SECCIÓN

EXPRESIÓN: LA DESCRIPCIÓN

Los documentos a los que desde aquí se accede han sido realizados expresamente para desarrollar los programas académicos que trabajamos con nuestros alumnos. También está disponible una estructura tipo «Wiki» colaborativa, abierta a cualquier docente o alumno que quiera participar en ella. Para acceder a estos contenidos se debe utilizar el «DIRECTORIO de la SECCIÓN». Para otras áreas de conocimiento u opciones use el botón: «Navegar»

Conceptos básicos

Describir es explicar, de forma detallada y ordenada, cómo son las personas, los lugares o los objetos. La descripción es un cuadro construido con palabras.  Las descripciones tienen como finalidad provocar una impresión estética o un sentimiento en el lector. No han de ser exhaustivas. Las descripciones muy largas pueden llegar a cansar. Es más útil seleccionar y organizar los elementos en función de lo se quiere contar transmitir.

Al describir se observa, se seleccionan los elementos y se aplica la técnica más adecuada. Cuantos más sentidos ponga en juego el autor a la hora de construir su cuadro, luces, colores, sonidos, texturas, aromas, sabores..., más acercará al lector al objetivo que pretende. escribir es explicar, de forma detallada y ordenada, cómo son las personas, los lugares o los objetos.

 

Estilos de descripción:

Descripción objetiva: Refleja las cosas como son en realidad. El autor no manifiesta sus sentimientos o emociones sobre lo que describe, al contrario, trata de ser imparcial. Suele utilizarse la tercera persona y el tiempo presente. Abundan los tecnicismos y los adjetivos especificativos en grado positivo o superlativo. Pueden tener carácter  especializado, cuando se dirigen a un receptor que tiene conocimientos del  tema, o divulgativo, cuando lo que pretende es iniciar a alguien en el tema. Ejemplo:

La cebolla

Las cebollas son un alimento con un escaso aporte calórico porque su contenido en agua es de alrededor del 90%. En la composición de las cebollas se ha de tener en cuenta su apreciable aporte de fibra y su contenido mineral y vitamínico, que la convierten en un excelente alimento regulador del organismo. Las cebollas son una buena fuente de potasio, y presentan cantidades significativas de calcio, hierro, magnesio y fósforo. El calcio vegetal no se asimila tanto comparado con el de los lácteos u otros alimentos que se consideran buena fuente de este mineral. Algo similar ocurre con el hierro, cuya absorción es mucho mayor cuando procede de alimentos de origen animal.

 

Descripción subjetiva: Refleja los sentimientos y emociones del autor. Abundan los epítetos y otros recursos del lenguaje (comparaciones, metáforas...). El uso de determinados sustantivos refleja una valoración positiva o negativa. A veces se acompañan de sufijos diminutivos, aumentativos o despectivos. Los adjetivos valorativos o explicativos contribuyen a la formación de un juicio personal. Lo importante en ellas es la sensación que el objeto o sujeto descrito, provoca, y se suele usar para construir un mundo literario ficticio. Se usa en la narrativa, la prosa poética y en poesía. Ejemplo:

 

Oda a la Cebolla (fragmentos)

Pablo Neruda

 

Cebolla,

luminosa redoma,

pétalo a pétalo

se formó tu hermosura,

escamas de cristal te acrecentaron

y en el secreto de la tierra oscura

se redondeó tu vientre de rocío.

... eres para mis ojos

globo celeste, copa de platino,

baile inmóvil

de anémona nevada

y vive la fragancia de la tierra

en tu naturaleza cristalina.

…así te hizo,

cebolla,

clara como un planeta,

y destinada

a relucir

constelación constante,

redoma de agua,

sobre la mesa

de las pobres gentes.

 

Para describir correctamente:

Mientras que una descripción no científica puede incluir desordenadamente datos muy subjetivos, en un texto académico, en cambio, las descripciones sólo admiten datos objetivos y comprobados. Además, en un texto científico, el orden es esencial y debe emplearse necesariamente un estilo objetivo, claro y conciso. En cualquier caso:

1. Observar con mucha atención

2. Encontrar los detalles importantes

3. Seleccionar y enumerar los detalles de forma organizada: de lo general a lo concreto,  de lo próximo a lo alejado, de adentro hacia fuera, de abajo arriba…

 

Para describir dentro de un contexto:

Situar los objetos en el espacio con precisión. Usar, para  ello, expresiones como:a la derecha de…; junto a…; al fondo de…; detrás de…; en el centro de…; alrededor de...

 

Cómo se describe un lugar

Los escritores suelen presentar primero una visión general del lugar. Después localizan en él los distintos elementos, pueblos, montes, vegetación..., utilizando palabras que señalan situación en el espacio. A la vez, procuran transmitir una impresión: alegría, tristeza, misterio, terror...

 

La sacristía es alargada, angosta. El techo, la bóveda, está artesonada con centenares, millones de mascarones de piedra; no hay dos caras iguales entre tanta muchedumbre de rostros; tiene cada uno su pergeño particular; son unos jóvenes y otros viejos; unos de mujer y otros de hombre; unos angustiados y otros ledos. Se guardan en la sacristía casullas antiguas, capas pluviales, sacras, bandejas, custodias. Una de las casullas es del siglo XII y está bordada en hilillos de oro sobre fondo encarnado. Causóle tal admiración a Castelar, en una visita que éste hizo a la catedral, y tales grandilocuentes encomios hizo de esta pieza el gran orador, que desde entonces se llama a esta casulla la de Castelar. Se guarda también en la sacristía el pectoral de latón y tosco vidrio del virtuoso obispo Echano.

El archivo está allá arriba; hay que ascender por una angosta escalera para llegar a él; después se recorren varios pasillos angostos y oscuros; se entra, al fin, en una estancia ancha, con una gran cajonería de caoba. Allí, en aquellos estantes, duermen infolios y cuadernos de música. Las ventanas se abren junto a la techo. Una gruesa mesa destaca en el centro. La estera es de esparto crudo. Se goza allí de un profundo silencio; nada turba el reposo de la ancha cámara.

Azorín.  Castilla.

 

A la izquierda se abría la enorme boca de la cueva, por la cual no se distinguían más que sombras. Al acostumbrarse la pupila, se iba viendo en el suelo, como una sábana negra que corría a todo lo largo de la gruta, el arroyo del infierno, "Infernuco-erreca", que palpitaba con un temblor misterioso. En la oscuridad de la caverna brillaba, muy en el fondo, la luz de una antorcha que agitaba alguien al ir y venir.

Unos cuantos murciélagos volaban a su alrededor; de cuando en cuando se oía el batir de las alas de una lechuza y su chirrido áspero y estridente.

Pío Baroja. Descripción de una cueva 

 

Cómo describir un objeto

Se debe dirigir la atención del lector hacia los detalles importantes y con relevancia en el relato o la información que se transmite. Para ello  se detallan sus rasgos más característicos: forma, tamaño, impresión que produce... Si el objeto tiene diferentes partes, se enumeran y explican ordenadamente. Suelen emplearse términos específicos. Si se describe un reloj de pared se usan palabras como caja, esfera, manillas, pesas, péndulo...También se comparan unos objetos con otros. Se realiza señalando los rasgos diferenciales y comunes de cada objeto. Debe tenerse siempre en cuenta que se trate de variables análogas. Al comparar objetos podemos observar el tamaño, la forma, la materia, el precio, la procedencia...

 

Lo más importante del jardín del sol era el pozo. Tenía un brocal de piedra verde y un arco de hierro forjado para la polea. La polea era de madera y chillaba como una golondrina. El cubo era también de madera, sujeto por aros de hierro, como las cubas, y pesaba mucho. El pozo era muy hondo y tenía un agua muy clara.

 Rafael Sánchez Ferlosio. Un pozo

El violonchelo es, como el violín, un instrumento de cuerda. Su forma es similar y ambos se tocan con ayuda de una varilla o arco. Estos dos instrumentos se diferencian por su tamaño y su sonido. El violín es pequeño y su sonido es suave y agudo, mientras que el violonchelo es grande y de tonalidad muy grave.

El violonchelo y el violín

 

Adjetivos para enriquecer descripciones

 

EN RELACIÓN CON...

Espacio

Tamaño y forma

En primer plano

En segundo plano

Al fondo

Arriba

Abajo

En medio

En el centro

A la izquierda

A la derecha 

Delante de

Detrás de

Entre

Cerca de

Cercano

Al lado de

Lejos de

Alejado

En el horizonte

Por todas partes

Grande

Alto

Ancho

Bajo

Colosal

Espacioso

Pequeño

Monumental

Largo

Voluminoso

Amplio

Mínimo

Estrecho

Mastodóntico

Minúsculo

Escaso

Insignificante

Reducido

Inclinado

Ladeado

Inmerso

Sumergido

Torcido

Serpenteante,

Triangular

Cuadrangular

Geométrico

Actitud y estado

Impresión visual

Inmóvil

Quieto

Estático

Rotativo

Veloz

Rápido

Dinámico

Circulatorio

Circulante

Lento

Parsimonioso

Majestuoso

Nervioso

Raudo

Animado

Alegre

Pesado

Grisáceo

Pardo

Castaño

Amarillento

Anaranjado

Antiguo

Tradicional

Actual

Moderno

Cultivado

Cuidado

Descuidado

Triste

Soleado

Claro

Oscuro

Espeso

Ligero

Amplio

Estrecho

Angosto

Encalado

Esculpido

Destruido

Conservado

En mal estado

Desconchado

 

EN RELACIÓN CON...

Percepciones sensoriales

En relación con el sentido de la vista

Amarillo, anguloso, azul, blanco, circular, cuadrado, grande, minúsculo, negro, pequeño, redondo, verde, violeta, rojo, triangular...

En relación con el sentido del oído

Agudo, alto, atronador, bajo, bullicioso, cadencioso, cascabelero, chirriante, clamoroso, crujiente, estrepitoso, estridente, estruendoso, fragoso, fuerte, gangoso, martilleante, metálico, mugidor, rechinante, resonante, ronroneante, ruidoso, silbante, sostenido, susurrador, ululante, vibrante, zumbador...

En relación con el sentido del gusto

Amargo, ácido, agridulce, ahumado, delicioso, dulce, fresco, insípido, picante, rancio, sabroso, salado, soso, suave...

En relación con el sentido del olfato

Agradable, apestoso, aromático, asqueroso, delicioso, desagradable, embriagador, excitante, fétido, fragante, hediondo, maloliente, mefítico, oloroso, odorífero, penetrante, pestilente, pestífero, refrescante, subyugante...

En relación con el sentido del tacto

Áspero, aterciopelado, blando, caluroso, deformado, delicado, duro, fino, flexible, frío, húmedo, liso, macizo, pastoso, pegajoso, pesado, pulimentado, refrescante, rígido, rugoso, seco, sedoso, suave, tibio, untuoso...

Impresiones  cromáticas

En relación con el rojo

Alazán, bermejo, carmesí, carmíneo, cereza, colorado, corinto, escarlata, fresa, granate, rojizo, rubí, sangriento, salmón, sonrosado, tinto, aberenjenado...

En relación con el negro

Abetunado, oscuro, ahumado, atezado, azabache, bruno, endrino, ennegrecido, entiznado, moreno, negrísimo, quemado.

En relación con el blanco

Albo, nacarado, argentino, blancuzco, blanquecino, lechoso, níveo, cano, albino, pálido, alcalino.

En relación con el verde

Aceitunado, esmeraldino, oliváceo, verdeante, verdemar, verdino, verdoso.

En relación con el azul

Claro, celeste, ultramar, turquesa, cobalto, marino,

En relación con el amarillo

Ocre, pajizo, limón, anaranjado, cadmio, pistacho

En relación con otros colores

Grisáceo. pardo, siena, castaño, castaño

 

El retrato de personas y personajes

Según el punto de vista desde el que se aborde recibe distintos nombres:

Prosopografía

Descripción de los rasgos físicos de la persona, de su apariencia externa.

Etopeya

Descripción de rasgos psicológicos o morales del personaje: su manera de ser, de actuar, su carácter.

Retrato

Descripción combinada  de las características físicas y morales de la persona. Une la prosopografía y la etopeya

Caricatura

Descripción  de rasgos físicos y morales de la persona  presentada de manera exagerada, acentuando los defectos.

Procedimiento para describir a una persona

1. No centrase sólo en el aspecto físico, se debe intentar reflejar también su  forma de ser y de actuar, sus sentimientos, sus costumbres su personalidad…

2. Seleccionar y anotar los rasgos físicos que la caracterizan. Los rasgos más importantes son los que se refieren al rostro, al aspecto general, al vestido y al carácter. No acumular demasiados rasgos, sólo los más destacados.

3. Mantener un orden al ir "dibujar" al personaje. Comenzar por lo general, después dar detalles concretos. Primero lo físicos, después las cualidades, la forma de actuar…

4. Presentar al personaje en acción, en movimiento, le hace cobrar vida.

5. Reflejar en las expresiones nuestros sentimientos hacia el personaje (ternura, admiración, aversión...).

6. Elegir el tono de la descripción de acuerdo a nuestros intereses , registro o intención: tono serio, irónico, burlón…

 

Sustantivos y adjetivos para describir personajes

 

ASPECTO FÍSICO

Cara: ancha, rolliza, amplia, afligida, ascética, cuadrada, desconfiada, chupada, dulce, dura, castigada, confiada, endurecida, endurecida, curtida, triste, expresiva, fina, franca, fresca, impenetrable, inexpresiva, inteligente, jovial, larga, llana, llena, redonda, delgada, redonda, salvaje, seca, serena, severa, simpática, tranquila...

Frente: amplia, arrugada, baja, estrecha, inteligente, lisa, abombada...

Ojos: ausentes, bajos, azulados, concentrados, despiertos, duros, movedizos, fugitivos, impenetrables, inexpresivos, intensos, lagrimosos, maliciosos, muertos, negrísimos, nerviosos, redondos, serenos, soñadores, tiernos, turbios, triste, vivos...

Nariz: aguileña, chata, amplia, redonda, fina, larga, puntiaguda, recta, torcida...

Boca: fina, fresca, grande, dura, firme, pequeña, redonda, besucona, torcida, habladora...

Cuello: corto, fino, grueso, elegante, largo....

Dientes: alineados, blancos, amarillentos, torcidos...

Mejillas: rollizas, caídas, deshinchadas, hinchadas, redondas. Rudas, suaves, blandas, rojas, chupadas....

Labios: blanquecinos, estrechos, finos, grandes, herméticos, delgados, voluptuosos, sensuales....

Pestañas: espesas, largas, negras, claras, rizadas...

Cejas: arqueadas, espesas, gruesas, juntas, delgadas, separadas...

Color: pálido, rosado, albino, moreno, pelirrojo, ceniza, amarillento, blanquecino, aceitoso, bronceado, tostado, aceitunado, oscuro...

Cabellos: abandonadas, brillantes, sucios, castaños, rizados, cuidados, finos, sedosos, grasos, lisos, negros, ondulados, opacos, peinados, recogidos, rubios, desordenados, ásperos. Lustrosos...

Manos: ágiles, blancas, cálidas, rugosas, delicadas, finas torpes, firmes, grandes, gruesas, rudas, jóvenes, sensibles...

Piernas: delgadas, gruesas, enclenques, flacas, fuertes, secas, rechonchas, robustas....

Aspecto general: alto, atlético, bajo, robusto, corpulento, ligero, esbelto, delgaducho, nervioso, débil, firme, fuerte, gordo, ágil, deportivo, joven, canijo, torpe, maduro, meticuloso, barrigudo, flaco, delgado, viejo, sano, macizo, trabajador....

Vestido: chillón, abandonado, discreto, elegante, feo, bonito, pobre, sencillo, sofisticado...

Carácter: afable, alegre, antipático, atento, atrevido, serio, trabajador, atolondrado, educado, ingenioso, exigente, entusiasta, generoso, huraño, estúpido, extravagante, inexpresivo, listo, malhumorado, malicioso, mentiroso, gruñón, valiente, bobo, burlón, despierto, fantástico, fanfarrón, feliz, fiel, honrado, listo, chulo, presumido, desvergonzado, miedos, prudente, memo, zopenco, bruto, majadero, calmoso, confiado, contestatario, cobarde, culto, grosero, bárbaro, soez, chiflado, sabiondo, salvaje, sensato, sereno, serio, simpático, sincero, sociable, solitario, soso, soñador, cazurro, decidido, desordenado, divertido, dócil, idiota iluso, imbécil, insolente, inteligente, orgulloso campechano, rebelde, risueño, llorón triste, tímido, extrovertido...

 

ROSTRO Y PERSONALIDAD

Forma general del rostro

Diversos estudios ponen de manifiesto que ante una situación favorable la forma del organismo se dilata; mientras que ante circunstancias adversas se retrae o repliega sobre sí mismo. Esta forma de reaccionar se refleja fielmente en el semblante y permite establecer a grandes rasgos dos categorías físicas asociadas a otros tantos caracteres: el rostro ancho y el rostro estrecho.

Rostro ancho: Se muestra ancho y carnoso; la piel suele ser rosada y con frecuencia se enrojece, debido a la facilidad con la que la sangre fluye. Sus líneas son curvas y redondeadas. Presenta grandes ojos, amplia boca, labios carnosos y nariz voluminosa. Las personas que pertenecen a este grupo bordan la imagen del triunfador. Emprendedores e infatigables, tienen muy desarrollados sus instintos y les cuesta controlarlos; son sensuales, coléricos y combativos. Poseen mucha facilidad para desenvolverse socialmente y no soportan la soledad.

Rostro estrecho:  Es contraído y alargado. Los huesos son prominentes y marcados, dando lugar a facciones cerradas. Una circulación sanguínea insuficiente presta a la piel un tono pálido. Los ojos suelen aparecer hundidos y juntos, los labios delgados y la nariz estrecha.

Psicológicamente no gozan de la vitalidad del rostro dilatado, aunque suelen ser más constantes en su esfuerzo. Son personas de reacciones lentas, que controlan con rigor sus emociones. Su sobriedad social les granjea pocos amigos y un cierto regusto por la soledad.

Zonas del Rostro

Las distintas zonas del rostro son reveladoras. Se pueden establecer tres niveles:

Zona superior: la frente. Se considera la morada del pensamiento y la vida interior.

Zona media: nariz y pómulos. Constituyen la parte social y afectiva.

Zona inferior. Formada por la boca y la barbilla. Refleja lo instintivo.

De esta forma, la zona más desarrollada del semblante aporta pistas sobre la tendencia psicológica de cada persona.

La frente: Una frente amplia y despejada da prioridad a lo intelectual y suele ser el atributo de las personas inteligentes. Si se muestra más ancha en la parte superior denota un temperamento imaginativo; si la anchura predomina en la parte inferior, revela un agudo sentido de la observación. La frente recta indica fuerza física; la convexa o abombada es símbolo de una personalidad obstinada.

La mandíbula: La mandíbula prominente es propia de las personas instintivas, y cuando la cara se ensancha en su mitad revela un carácter eminentemente afectivo.

Las cejas: Las finas y escasas revelan falta de voluntad; las gruesas acompañan a decididos, activos y autoritarios. Cuando se juntan en el entrecejo hablan de celosos, susceptibles y apasionados. Las cejas  largas son patrimonio de seres equilibrados con capacidad de esfuerzos continuados; las cortas revelan inestabilidad y ligereza. Cuando las cejas se encuentran muy próximas a los ojos manifiestan fuerza de voluntad y tenacidad, mientras que si están muy separadas hablan de un carácter débil, indolente y algo ingenuo.

Los ojos: Los pequeños delatan a inteligentes y activos; los grandes definen al sincero, soñador, comodón y egoísta; los redondos indican falta de vivacidad y lentitud; los almendrados pregonan a astutos, maliciosos y crueles; los hundidos denotan sentido crítico, inteligencia y carácter taciturno; los saltones son propios de receptivos, violentos e irascibles; los muy juntos retratan a los tristes, torpes e irritables, mientras que los muy separados revelan a los optimistas, abiertos y de buena memoria.

¡Construye tus personajes!

Ejemplos de tablas para preparar los retratos de los personajes

que debamos introducir en nuestros textos

 

OJOS

Descripción  Comparación - Metáfora Efecto - Personalidad

Ojos azules, grandes, saltones y brillantes.

 Canicas de color de cielo

 Hacen temblar cuando miran

     

SONRISA

Descripción  Comparación - Metáfora Efecto - Personalidad

Amplia. Enseña unos dientes blancos y relucientes.

Relámpago de espuma

 Invita al acercamiento y la confidencia

     

 

Descripciones célebres de la literatura

 

POR QUÉ MATÓ EL ZAPATERO

Eduardo Caballero Calderón

Tenía Aquilino la cara apelmazada, redonda y amarilla como una mogolla. Los ojos negros y vivos se le perdían entre los grandes párpados y las orejas mofletudas de hombre que padece de los riñones. Tenía el rostro lampiño. Apenas se le chorreaba una sombra de bigote enteco a lado y lado de la boca, que era grande, de dientes desportillados y amarillos...

Metáforas y comparaciones...

Dª. ROSITA

Juan Valera

Era Rosita perfectamente proporcionada de cuerpo: ni alta ni baja, ni delgada ni gruesa. Su tez, bastante morena, era suave y finísima, y mostraba en las tersas mejillas vivo color de carmín. Sus labios, un poquito abultados, parecían hechos del más rojo coral, y cuando la risa los apartaba, lo cual ocurría a menudo, dejaba ver, en una boca algo grande, unas encías sanas y limpias y dos filas de dientes y muelas blancos, relucientes e iguales. Sombreaba un tanto el labio superior de Rosita un bozo sutil, y, como su cabello, negrísimo. Dos oscuros lunares, uno en la mejilla izquierda y otro en la barba, hacían el efecto de dos hermosas matas de bambú en un prado de flores. Tenía Rosita la frente recta y pequeña, como la de la Venus de Milo, y la nariz de gran belleza plástica, aunque más bien fuerte que afilada. Las cejas, dibujadas lindamente, no eran ni muy claras ni muy espesas, y las pestañas larguísimas se doblaban hacia fuera formando arcos graciosos.

Un clásico...

EL SOMBRERO DE TRES PICOS

Pedro Antonio de Alarcón

El tío Lucas era más feo que Picio. Lo había sido toda su vida, y ya tenía cerca de cuarenta años. Sin embargo, pocos hombres tan simpáticos y agradables habrá echado Dios al mundo. Lucas era en aquel entonces de pequeña estatura, un poco cargado de espaldas, muy moreno, barbilampiño, narigón, orejudo y picado de viruelas. En cambio, su boca era regular y su dentadura inmejorable. Dijérase que sólo la corteza de aquel hombre era tosca y fea; que tan pronto como empezaba a penetrarse dentro de él aparecían sus perfecciones, y estas perfecciones principiaban por los dientes. Luego venía la voz, vibrante, elástica, atractiva. Llegaba después lo que aquella voz decía: todo oportuno, discreto, ingenioso, persuasivo. Pedro Antonio de Alarcón. El sombrero de tres picos

Lo más clásico...

MOMO

Michael Ende

En verdad, el aspecto externo de Momo era un poco extraño y tal vez podía asustar algo a la gente que da mucha importancia al aseo y al orden. Era pequeña y bastante flaca, de modo que ni con la mejor voluntad se podía decir si tenía ocho años o ya doce. Tenía el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y parecía no haberse enfrentado nunca a un peine o unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos y también negros como la pez y unos pies del mismo color, pues casi siempre iba descalza.

Retrato físico...

 

LA MARÍA

Jorge Isaac

María me ocultaba sus ojos tenazmente; pero pude admirar en ellos la brillantez y hermosura de los de las mujeres de su raza en dos o tres veces que, a su pesar, se encontraron de lleno con los míos; sus labios rojos, húmedos y graciosamente imperativos, me mostraron solo un instante el arco simétrico de su linda dentadura. Llevaba, como mis hermanas, la abundante cabellera castaño oscura arreglada en dos trenzas, sobre el nacimiento de una de las cuales se veía un clavel encarnado. Vestía un traje de muselina ligera, casi azul, del cual solo se descubría parte del corpiño y de la falda, pues un pañolón de algodón fino color púrpura le ocultaba el seno hasta la base de su garganta, de blancura mate. Al volver las trenzas a la espalda, de donde rodaban al inclinarse ella a servir, admiré el envés de sus brazos, deliciosamente torneados, y sus manos, cuidadas como las de una reina.

Prosopografía retrato físico...

Las páginas de Chateaubriand iban lentamente dando tintas a la imaginación de María. Ella, tan cristiana y tan llena de fe, se regocijaba al encontrar bellezas por ella presentidas en el culto católico. Su alma tomaba de la paleta que yo le ofrecía los más preciosos colores para hermosearlo todo, y el fuego poético, don del cielo que hace admirables a los hombres que lo posees y diviniza a las mujeres que a su pesar lo revelan, daba a su semblante encantos desconocidos para mí hasta entonces en el rostro humano. Los pensamientos del poeta, acogidos en el alma de aquella mujer, tan seductora en medio de su inocencia, volvían a mí como eco de una armonía lejana y conocida, cuyas notas apaga la distancia y se pierden en la soledad.

Etopeya: los rasgos del carácter...

Braulio era un mocetón de mi edad. Hacía dos meses que había venido de la provincia a acompañar a su tío, y estaba locamente enamorado, de tiempo atrás, de su prima Tránsito. La fisonomía del sobrino tenía toda la nobleza que hacía interesante la del anciano; pero lo más notable en ella era una linda boca, sin bozo aún, cuya energía varonil de las otras facciones. Manso de carácter, apuesto e infatigable en el trabajo, era un tesoro para José y el más adecuado marido para tránsito.

Prosopografía más etopeya...

CARMEN

Prósper Merimée

Para que una mujer sea bella, dicen los españoles, es preciso que reúna treinta cualidades, o si se quiere, que se la pueda definir por medio de diez adjetivos, aplicables cada uno a tres partes de su persona. Por ejemplo, debe tener tres cosas negras: ojos, cejas y pestañas; tres finas: dedos, labios, cabellos (...) Su piel perfecta y mate se aproximaba al color del cobre. Sus ojos eran rasgados, pero admirablemente hondos, sus labios un poco anchos, pero bien dibujados, dejaban ver unos dientes más blancos que las almendras peladas. Sus cabellos, tal vez un poco bastos, eran negros, con reflejos azules, como ala de cuervo, largos y brillantes. Para no fatigaros con una descripción demasiado prolija, os diré, en resumen, que cada uno de sus defectos reunía una cualidad que resaltaba tal vez más por el fuerte contraste. Era una belleza extraña y salvaje. Una figura que sorprendía primero, pero que resultaba inolvidable. Sus ojos, sobre todo, tenían una expresión a la vez voluptuosa y descarada que no he encontrado después en ninguna mirada humana.

La belleza salvaje...

Mujeres enamoradas

D. H. Lawrence

Era Hermione Roddice, una amiga de los Crich. Ahora se aproximaba con la cabeza alta, equilibrando un enorme sombrero plano de terciopelo amarillo pálido donde aparecían rayas de plumas de avestruz, naturales y grises. Se adelantó como si fuera apenas consciente, levantado su largo rostro blanqueado, para no ver el mundo. Era rica, llevaba un traje de terciopelo sedoso y frágil, color amarillo pálido, y de ella pendían muchos pequeños ciclámenes de color rosa. Sus zapatos y medias eran de un gris amarronado, como las plumas de su sombrero; su cabello era pesado, y ella se movía hacia adelante con una peculiar fijeza de las caderas, un extraño movimiento involuntario. Era impresionante en su encantador amarillo pálido y rosa amarronado, pero al mismo tiempo macabra, algo repulsiva. Las gentes estaban silenciosas cuando ella pasaba, impresionadas, deseando lanzar vivas, pero por alguna razón silenciadas. Su rostro, largo y pálido, que llevaba algo levantado, al estilo de Rossetti, parecía casi drogado, como si una extraña masa de pensamientos se enroscasen dentro de ella en la oscuridad y nunca le permitiesen escapar.

El respeto/miedo...

Birkin era tan delgado como el señor Crich, pálido y de aspecto enfermizo. Su cuerpo era estrecho pero bien formado. Caminaba con una ligera desviación de un pie, que provenía exclusivamente del azoramiento. Aunque estaba vestido correctamente para su papel, había una incongruencia innata que provocaba un leve matiz de ridículo en su aspecto. Su naturaleza era lúcida y separada, no pegaba para nada en la ocasión convencional. Sin embargo, él se plegaba a la idea común, disfrazándose. Aparentaba ser persona común, perfecta y maravillosamente normal. Y lo hacía tan bien, adoptando el tono de sus ambientes, ajustándose tan rápidamente a su interlocutor y a su circunstancia, que lograba una verosimilitud de normalidad común que habitualmente ponía de su parte a los espectadores y les desarmaba, evitando que atacasen su singularidad.

El disimulo...

El Capitán Alatriste

Arturo y Carlota Pérez-Reverte

No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y había luchado como soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes. Cuando lo conocí malvivía en Madrid, alquilándose por cuatro maravedíes en trabajos de poco lustre, a menudo en calidad de espadachín por cuenta de otros que no tenían la destreza o los arrestos para solventar sus propias querellas. Ya saben: un marido cornudo por aquí, un pleito o una herencia dudosa por allá, deudas de juego pagadas a medias y algunos etcéteras más. Ahora es fácil criticar eso; pero en aquellos tiempos la capital de las Españas era un lugar donde la vida había que buscársela a salto de mata, en una esquina, entre el brillo de dos aceros. En todo esto Diego Alatriste se desempeñaba con holgura. Tenía mucha destreza a la hora de tirar de espada, y manejaba mejor, con el disimulo de la zurda, esa daga estrecha y larga llamada por algunos vizcaína, con que los reñidores profesionales se ayudaban a menudo. Una de cal y otra de vizcaína, solía decirse. El adversario estaba ocupado largando y parando estocadas con fina esgrima, y de pronto le venia por abajo, a las tripas, una cuchillada corta como un relámpago que no daba tiempo ni a pedir confesión. Sí. Ya he dicho a vuestras mercedes que eran años duros. El capitán Alatriste, por lo tanto, vivía de su espada. Hasta donde yo alcanzo, lo de capitán era más un apodo que un grado efectivo. […]

Todavía me parece ver a Diego Alatriste flaco y sin afeitar, parado en el umbral con el portón de madera negra claveteada cerrándose a su espalda. Recuerdo perfectamente su parpadeo ante la claridad cegadora de la calle, con aquel espeso bigote que le ocultaba el labio superior, su delgada silueta envuelta en la capa, y el sombrero de ala ancha bajo cuya sombra entornaba los ojos claros, deslumbrados, que parecieron sonreír al divisarme sentado en un poyete de la plaza. Había algo singular en la mirada del capitán: por una parte era muy clara y muy fría, glauca como el agua de los charcos en las mañanas de invierno. Por otra, podía quebrarse de pronto en una sonrisa cálida y acogedora, como un golpe de calor fundiendo una placa de hielo, mientras el rostro permanecía serio, inexpresivo o grave. Poseía, aparte de ésa, otra sonrisa más inquietante que reservaba para los momentos de peligro o de tristeza: una mueca bajo el mostacho que torcía éste ligeramente hacia la comisura izquierda y siempre resultaba amenazadora como una estocada –que solía venir acto seguido–, o fúnebre como un presagio cuando acudía al hilo de varias botellas de vino, de esas que el capitán solía despachar a solas en sus días de silencio. Azumbre y medio sin respirar, y aquel gesto para secarse el mostacho con el dorso de la mano, la mirada perdida en la pared de enfrente. Botellas para matar a los fantasmas, solía decir él, aunque nunca lograba matarlos del todo.

En varios tiempos...


ADEMÁS

 

Responsables últimos de este proyecto

Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado

Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica

Apunte estadístico

Portal activo desde abril de 2004. Los auditores de seguimiento que contabilizan las visitas desde esa fecha acreditan una suma entre 4.000 y 10.000 visualizaciones diarias para el conjunto de secciones que lo integran. Las visitas en el servidor «https» son privadas y no quedan reflejadas en  los contadores visibles