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SECCIÓN

LA IMPRENTA

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La imprenta

 

 

Afirma Francis Bacon que los tres inventos que marcaron una nueva época fueron la pólvora, la brújula y la imprenta. El Sunday Times, en el tránsito del siglo XX hacia el XXI, declara a Johann Gutenberg como el hombre del milenio. Y es que la imprenta constituye uno de los inventos que más ha influido en el devenir de la sociedad moderna. Además de actuar como motor imparable para democratizar el dominio del conocimiento al permitir la producción en masa de textos y manuales a menor costo, sustituye el hábito de lectura en alta voz ‒colectiva‒ por el modo silencioso ‒individual‒, relega a un segundo término la cultura oral y unifica grafías y modos de expresión.

La impresión se define como el arte de reproducir sobre papel u otro material, textos e imágenes mediante presión ejercida por una plancha o caracteres impregnados de tinta. La utilización de sellos y tampones es una forma muy antigua de «imprimir». Es de uso común en Babilonia y otros pueblos de la época la «firma» mediante grabado sobre arcilla o estampado por impregnación de algún pigmento.

 

Evolución

 

La invención de la imprenta se data en China, en el entorno de la dinastía Song, alrededor del año 960. Su método utiliza planchas de madera grabadas. La impresión así obtenida corresponde a la página completa.

Dos factores favorecen este desarrollo: la invención del papel y la difusión de la religión budista. Los materiales de escritura habituales, el papiro y el pergamino, no resultan apropiados. El primero es demasiado frágil y el segundo muy caro. De otro lado, la práctica budista demanda multiplicar las copias de oraciones y textos sagrados. Hay constancia de intentos para sustituir los bloques de madera por el uso de caracteres sueltos dispuestos en fila, pero el idioma chino exige entre dos mil y cuarenta mil ideogramas diferentes. El uso de tipos móviles en estas condiciones ralentizaría y encarecería el proceso. En ámbitos con escritura basada en alfabeto, el arte tipográfico triunfa por su sencillez y practicidad.

El aporte fundamental de Gutenberg en este terreno no es la prensa de imprimir, sino la máquina de fundir y la técnica metalúrgica para multiplicar los caracteres tipográficos producidos.

Los tipos se obtienen inicialmente mediante grabado de cada letra o signo sobre una placa metálica basada en una aleación de cobre con ayuda de un punzón metálico de orfebre. La plancha resultante, marcada en bajorrelieve, servirá como matriz para obtener, una vez vaciada en plomo, un tipo de la grafía en cuestión que podrá ser reutilizado en innumerables ocasiones. La precisión del diseño obtenido y uniformidad de dimensiones, especialmente en lo referente a la altura, facilita la composición y mejora la calidad de la impresión resultante. Disponible suficiente cantidad de tipos en diversos tamaños y variedad de letras, se colocan en placas especiales formando, invertidas, las palabras, renglones y páginas, que luego de entintadas convenientemente y presionadas sobre un pliego, quedan fijadas en disposición de ser leídas. Esta técnica de origen alemán se desarrolla en el siglo XV y permite al equipo de Gutenberg crear libros a una velocidad inalcanzable por los monjes y amanuenses que se han dedicado a tal menester hasta ese momento.

Las diferencias que aporta la nueva solución con los métodos tradicionales seguidos en oriente incluyen matices significativos. El uso occidental de tintas diluidas en aceites y la utilización de prensas mecánicas de madera basadas en el diseño de las empleadas en la producción de vinos, así como la perfecta técnica de fundición capaz de producir letras de dimensiones precisas que las iguala en altura, a la fracción de milímetro, y facilita su incorporación al texto por simple presión, son algunas de ellas.

Las primeras prensas de imprimir son de tornillo y ejercen acción de fuerza sobre el molde, el elemento impresor, colocado hacia arriba sobre una base plana. El papel, generalmente humedecido, se posiciona encima de los tipos con ayuda de otra superficie móvil denominada platina. Una vez entintado el molde, la acción sobre el mecanismo de apriete de la prensa fuerza el contacto entre los dos elementos. La operación, lenta y trabajosa, produce alrededor de doscientas impresiones a la hora, de una cara cada vez. La máquina, de madera, presenta como principal limitación la incapacidad para otorgar la suficiente presión y obtener resultados nítidos en una sola operación, obligando a imprimir dos golpes de barra para cada hoja.

El modelo de imprenta de Gutenberg permanece invariable durante mucho tiempo. Las primeras modificaciones significativas serán la «prensa holandesa», o de Blaeu, que altera la forma en que el árbol del tornillo se fija a la platina, y la «prensa de Haas», que introduce un carro móvil sobre carriles de mayor cabida para el molde accionado por un sistema de cremallera que mejora el entintado. Es el comienzo de una sucesión de logros técnicos y propuestas novedosas que sigue a día de hoy. A finales del siglo XIX, Ottmar Mergenthaler introduce la linotipia. Luego se desarrolla la litografía, el offset, las rotativas…

 

Gutenberg

 

Pero, aparte su máquina, el gran legado de Gutenberg a la humanidad es la rápida difusión del libro impreso y su aceptación como sustituto del manuscrito. Johannes Gutenberg, nacido en las postrimerías del siglo XIV, es hijo del orfebre director de la Casa de la Moneda de Maguncia que adoptará el apellido Gutenbergun. Iniciado desde sus primeros años en el arte de la orfebrería y la acuñación, se ve obligado por la situación social del momento a trasladarse a Estrasburgo donde sufre varios procesos por deudas e incumplimiento de promesa matrimonial. Es allí donde concibe y prueba nuevas técnicas para producir caracteres móviles metálicos. Ensaya múltiples materiales y herramientas: plomo, prensas, crisoles…

De regreso a Maguncia, consigue de un acaudalado burgués varios préstamos con la garantía de sus herramientas y una participación en el negocio de lo que será la primera imprenta tipográfica, Das Werk der Bücher, que sacará a la luz en 1455 la primera obra maestra del nuevo arte: La Biblia «de 42 líneas», que precisó cinco millones de tipos.

El invento se extiende con rapidez por Europa, y no solo por su interés. La violenta ocupación de Maguncia por Adolfo II de Nassau en 1462, y el pillaje subsiguiente, obliga a huir a gran parte de la población, entre ellos importantes colaboradores de Gutenberg que se instalan por su cuenta en otras ciudades y países. Las ideas impresas cruzan las fronteras gracias al arte de la tipografía... y provocan enormes cambios de pensamiento e ideología que alteran substancialmente la conciencia social acerca del mundo y de la vida.

En un primer momento se mantiene el formato, los materiales y temáticas de los manuscritos, pero el deseo de acercar el libro a la masa popular demanda un abaratamiento de costes que repercute en la calidad de diseño, papeles y tintas. Pero, a la vez, universaliza el uso de la lengua vulgar, que fija, y estimula la demanda de alfabetización entre los estamentos sociales más populares y desfavorecidos.

 

Revolución

 

La convulsión ideológica y política que supone la Reforma luterana es posible gracias al texto impreso y constituye el primer movimiento de carácter «publicista» masivo del que se tiene noticia. La Contrarreforma adquiere conciencia del poder de la imprenta e instaura la censura.

El control de los impresos se ejercerá sobre los textos antes o después de su difusión, sobre las estructuras de producción y sobre las redes de distribución: librerías, salas de lectura, bibliotecas… Generalmente esa responsabilidad recae sobre las autoridades religiosas, pero también se ejerce tal vigilancia desde el orden civil, llegando a extremos que, avanzando en el tiempo, concluyen en encendidos debates en torno a derechos fundamentales como la libertad de expresión, prensa y difusión.

El incremento de número de libros y su abaratamiento impulsa la generalización de bibliotecas. En el siglo XVI se organizan de modo que los libros se coloquen, encadenados, sobre el pupitre de lectura. Es durante la centuria siguiente cuando se generaliza la sala con estanterías. Pioneras son la de El Escorial y la Universidad de Salamanca.

Parte importante de las actuales bibliotecas nacionales tienen su origen en las reales que se fundan en este siglo. Junto a ellas se agiganta la figura del responsable de su organización: nace el bibliotecario profesional.

Luego, con el advenimiento de la Ilustración, la Enciclopedia, y sus preocupaciones filosóficas, políticas, científicas y literarias, el comercio librero se desarrolla de forma vigorosa. La autoría se reconoce de manera oficial en la Inglaterra de 1709, cuando se promulga en  Copyright Act que protege la propiedad intelectual.

 

La prensa

 

En la medida en que crece el interés del pueblo por la lectura y toma conciencia del uso propagandístico que de ello hacen los poderosos, se desarrolla su interés por el conocimiento rápido y veraz de los acontecimientos que le afectan. La urgencia impera. En un contexto de guerras, levantamientos y cambios, se necesita toda la información posible para afrontar decisiones. La correspondencia y el periódico serán el soporte privilegiado para construir la nueva sociedad. Ahí se encuentra el germen que da a luz a la prensa periódica iniciada con simples hojas de noticias, durante mucho tiempo manuscritas, denominadas «correspondencias», hasta llegar a los primeros recopilatorios de impresos periódicos que se conservan en Alemania. Se trata de publicaciones dirigidas a un gran público, pero, carentes de medios financieros suficientes, de calidad mediocre. No obstante, la difusión de las «noticias», contribuye eficazmente a fomentar los hábitos lectores y el contraste de pareceres.

 


ADEMÁS

 

Responsables últimos de este proyecto

Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado

Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica

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