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HISTORIA: LA REVOLUCIÓN FRANCESA - I

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La Revolución Francesa provoca un cambio político de gran trascendencia que se encuentra en la base de nuestra manera de entender el mundo actual y que se produce a finales del siglo XVIII. Se trata de un movimiento renovador que surge en Francia y sirve de modelo para otros países. Significa el fin de las monarquías absolutas y el triunfo del pueblo cansado de injusticias, privilegios y desigualdades sociales y económicas.

 

Luis XVI gobierna Francia. Es un monarca bienintencionado, aunque de carácter débil al que se aplica el sobrenombre de “el buen Luis”. Pero los gastos militares y un lustro de malas cosechas crean una gravísima situación social. La mayor parte de la población vive en la miseria y, sin embargo, la corte mantiene su nivel de vida y despilfarro.

El modelo de estado absolutista existente demanda mucho dinero porque precisa un gran número de funcionarios y empleados gubernamentales que no generan riqueza. Además, resulta muy costoso el mantenimiento del gran ejército permanente necesario para asegurar el dominio de Francia en Europa y consolidar la presencia gala en América del Norte que vive en estos momentos el enfrentamiento de las trece colonias inglesas con Gran Bretaña para alcanzar su libertad y su independencia. Las tropas terrestres francesas, comandadas por Rochambeau y el Marqués de La Fayette, fueron un apoyo importante para la victoria rebelde y la aparición de los Estados Unidos de América.

Con el país en bancarrota, algunos ministros buscan la solución a la crisis con el aumento de los impuestos y la sugerencia de que, parte de ellos, sean aportados por la nobleza. Pero la medida provoca la ira y oposición de este estamento que defiende sus privilegios feudales hasta el punto de enfrentarse a la monarquía y aumentando la explotación de los campesinos que trabajaban sus tierras, a los que exige mayor contribución. Paralelamente, para que no se vean lesionados sus privilegios, trata de acaparar más cargos en la burocracia estatal.

 

El sector clerical, por su parte, se ve afectado también porque recibe menos diezmos de un pueblo asfixiado por la exigencia de tantos gravámenes. La burguesía, integrada por artesanos y profesionales, generadora de la riqueza que demanda el país y agobiada por la fiscalidad, no tiene, sin embargo, presencia en los órganos de gobierno. También exige ahora acceder a cargos públicos para velar por sus propios intereses. Los campesinos, en la más absoluta pobreza, están cansados del poder, casi feudal, que los oprime a pesar del paso de los siglos.

 

La sociedad del momento está compuesta por tres sectores sociales llamados estados. El primer estado es la Iglesia que sumando unas 120.000 personas, posee el 10% de las tierras de Francia y están exentos de pagar impuestos. Reciben de los campesinos la décima parte del producto de sus cosechas. Son los únicos que pueden legalizar matrimonios, nacimientos y defunciones. La educación también está en sus manos.

 

El segundo estado es la nobleza, integrada por unas 350.000 personas y dueños del 30 % de las tierras. Tampoco están obligados a la mayoría de los impuestos y ocupaban todos los cargos públicos. Los campesinos les pagan un tributo y sólo pueden venderles a ellos sus cosechas. Tienen tribunales propios.

 

El tercer estado, que abarca al 98% de la población, alrededor de 26 millones de personas, posee una composición muy variada. Lo integran ricos financieros y banqueros que negocian con el estado; los artesanos, funcionarios menores y comerciantes; los campesinos libres, muy pequeños propietarios, arrendatarios y jornaleros. Además está el proletariado urbano que vive de trabajos artesanales y tareas domésticas. Y, finalmente, siguen existiendo siervos, que deben trabajo y obediencia a sus señores. El tercer estado carece de poder y decisión política, pero paga todos los impuestos, hace los peores trabajos y no tiene ningún derecho. Los burgueses reclaman una parcela de poder que proteja e impulse sus actividades económicas. Dirigen su mirada, como modelo, a la estructura política de la vecina Inglaterra.

Ante la comprometida situación económica la nobleza exige unos Estados Generales para tratar una ley de impuestos. Los Estados Generales se forman por los representantes de cada uno de los estamentos que deliberan por separado su postura y aportan a la Asamblea un voto conjunto. En la práctica, por tanto, existe una mayoría de partida de dos votos contra uno a favor de las clases privilegiadas.

 

El modelo de estado absolutista existente demanda mucho dinero porque precisa un gran número de funcionarios y empleados gubernamentales que no generan riqueza. Además, resulta muy costoso el mantenimiento del gran ejército permanente necesario para asegurar el dominio de Francia en Europa y consolidar la presencia gala en América del Norte que vive en estos momentos el enfrentamiento de las trece colonias inglesas con Gran Bretaña para alcanzar su libertad y su independencia. Las tropas terrestres francesas, comandadas por Rochambeau y el Marqués de La Fayette, fueron un apoyo importante para la victoria rebelde y la aparición de los Estados Unidos de América.

 

 En esta ocasión, el Parlamento de París propone un sistema de votación con el mismo número de miembros de cada uno de los estamentos. El rey y una parte de la nobleza no aceptan la situación y los miembros del Tercer Estamento se autoproclaman Asamblea Nacional comprometiéndose a escribir una nueva Constitución.

Así, el 14 de Julio de 1789, la burguesía apoyada por los campesinos formando una multitud revolucionaria de hombres y mujeres se dirige violentamente hacia la Bastilla, cárcel donde cumplen condena los opositores al sistema de gobierno, que toman por la fuerza.

 

Mientras, en las zonas rurales, el campesinado arremete contra los señores feudales saqueando e incendiando sus castillos y asesinando, en muchos casos, a sus moradores. Este periodo se conoce con el nombre de Gran Miedo.

 

 


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Responsables últimos de este proyecto

Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado

Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica

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