Proyecto «Angarmegia: Ciencia, Cultura y Educación». Portal abierto y colaborativo de Investigación y Docencia
 InicioNavegarBuscar /

DIRECTORIO

de la

SECCIÓN

HISTORIA: LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA - I

Los documentos a los que desde aquí se accede han sido realizados expresamente para desarrollar los programas académicos que trabajamos con nuestros alumnos. También está disponible una estructura tipo «Wiki» colaborativa, abierta a cualquier docente o alumno que quiera participar en ella. Para acceder a estos contenidos se debe utilizar el «DIRECTORIO de la SECCIÓN». Para otras áreas de conocimiento u opciones use el botón: «Navegar»

 

 

La crisis del Antiguo Régimen

 

Se aplica la denominación de Antiguo Régimen al periodo que abarca los últimos años del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX. Se trata de una transición turbulenta agitada por los acontecimientos relevantes que vive Europa: la Revolución Francesa y Régimen Napoleónico. En España coincide con el reinado de Carlos IV de Borbón y se caracteriza por el enfrentamiento entre los afrancesados o liberales, partidarios de las ideas ilustradas francesas, y los tradicionalistas, conservadores, que agrupa a la mayoría del pueblo español junto a  importantes sectores de la Iglesia y la Nobleza.

El conflicto bélico con las tropas napoleónicas en que el país se ve envuelto, junto al auge de los procesos independentistas de las colonias americanas, determinan una situación financiera catastrófica que alejan a España del momento de crecimiento económico, demográfico y político que experimentan las naciones del entorno que consolidan la revolución industrial y desarrollan sistemas participativos con  monarquías parlamentarias que los encaminan hacia la modernidad y la democracia.

La España de Carlos IV (1788-1808)

 

Carlos IV sucede a su padre a la edad de cuarenta años. La nación espera ilusionada un reinado venturoso, dada su madurez personal, formación y experiencia práctica en asuntos de gobierno que ha tenido ocasión de afrontar. La continuidad del ministro Floridablanca, que ya lo fuera con su padre, y las primeras medidas tomadas parecen favorecer a las clases más necesitadas. Se limitan el  precio del pan y la acumulación de bienes en la mano muerta, el conjunto de posesiones en poder de la iglesia y las órdenes religiosas. No obstante, un temperamento bondadoso e ingenuo junto a un carácter débil y entregado a su esposa, María Luisa de Parma, ansiosa de poder, anulan pronto las gestiones de Floridablanca.

 

 

El reinado de este monarca está, además, fuertemente vinculado a los hechos y políticas vividas por la vecina Francia. Los acontecimientos de la primavera de 1789, la toma de la Bastilla y las actitudes revolucionarias del pueblo parisino, aconsejan al ministro español tomar   medidas para evitar la propagación por España de ideas subversivas que defienden la soberanía popular y los derechos del hombre y del ciudadano.  Se cierran fronteras, se prohíben publicaciones y se impide a los jóvenes estudiar en el extranjero. En enero de 1792, ante presiones diplomáticas francesas, Floridablanca es sustituido en su cargo por Aranda, muy pronto reemplazado, a su vez, por Godoy, Guardia de Corps y favorito de la reina. 

 

Guerra contra Francia

 

El intento, fracasado, de salvar a Luis XVI de la guillotina  y la no aceptación de las condiciones de neutralidad que pretende imponer Francia, desencadena una guerra  que termina con la derrota de España pese al apoyo económico de todas las clases sociales, incluida la institución eclesiástica, y el masivo alistamiento de voluntarios en el ejército. La Paz de Basilea, en 1795,  cede a Francia los dominios españoles de Santo Domingo, pero Godoy recibe el título de Príncipe de la Paz.

 

Enfrentamientos con Inglaterra y Portugal

 

Molesta por el tratado de Basilea, Inglaterra refuerza su poder armamentístico e incrementa las hostilidades sobre las colonias españolas de América. Esa actitud propicia un acercamiento español a Francia que culmina en el Tratado de San Ildefonso, en 1796, que institucionaliza una alianza militar frente al Imperio Británico. Inglaterra, muy molesta,  se apodera de la isla de Trinidad y acosa Cádiz. El poder que alcanza Napoleón en Francia a partir de 1799 incrementa la influencia francesa sobre Carlos IV. Aquél será ahora quien maneje a su antojo los hilos de la política española. La firma de varios acuerdos impone a España la obligación de declarar la guerra a Portugal si esta no rompe sus relaciones con Inglaterra y unir la flota hispana a la napoleónica siempre que sea requerida para ello. El país se ve envuelto en otro enfrentamiento bélico,  ahora con la vecina nación lusa, la Guerra de las Naranjas, nombre hace referencia a la rama de este fruto que Godoy, erigido en generalísimo de todos los ejércitos, regala a María Luisa de Parma en su regreso victorioso de la contienda. Es el año 1801. La tensión entre Francia e Inglaterra crece. Napoleón impone a España la obligación de aportar seis millones de pesos  cada mes para abastecer a la flota gala en los puertos de La Coruña, El Ferrol y Cádiz. Exige, además, que la escuadra española viaje junto a la francesa rumbo a la Martinica para desviar la atención de la marina inglesa y facilitar el paso del ejército francés a través del Canal de la Mancha.

Pero el almirante Nelson adivina la intención del movimiento  y obliga a la flota enemiga a refugiarse en Cádiz. Villeneuve, almirante francés al mando, deseoso de recuperar el favor napoleónico, ordena la salida al mar de las naves en contra de la opinión de los marinos españoles.  El 21 de octubre de 1805 se libra el combate de Trafalgar que termina con la apurada victoria inglesa que pierde a su almirante en jefe. También mueren en batalla los españoles Churruca, Gravina y Alcalá Galiano. España ha perdido sus mejores barcos y sus mejores hombres.

 

El tratado de Fontainebleau

 

Las políticas de Carlos IV y de Godoy convierten a la corte en un semillero de intrigas, enemistades y animosidades. Surge y crece el partido fernandino en torno al heredero, Fernando, que aglutina a todos los descontentos y organiza tramas y conspiraciones alentadas por Francia para debilitar la gobernación de España.

En 1807, bajo pretexto de obligar a Portugal  a participar en el bloqueo continental sobre Inglaterra, se concede, en Fontainebleau, permiso para la entrada en  territorio nacional de un poderoso  ejército francés de 28.000 hombres. En contrapartida se ofrece la división de  Portugal en tres áreas. La zona norte se otorgará a la reina de Etruria, refugiada en España desde que su reino fuera ocupado por Napoleón, la zona meridional se constituirá en principado hereditario para Godoy y la central será utilizada como moneda de cambio para recuperar Trinidad, Gibraltar y otras posesiones españolas en manos inglesas. El general Junot atraviesa la península y se apodera con facilidad de Portugal cuya familia real se refugia en Brasil. El foco de atención francés se vuelve ahora hacia España. 

 

Procesos, invasiones, motines y abdicaciones

 

El partido fernandista conspira contra Godoy y el rey, pero sus planes para situar en el Trono al Fernando son descubiertos y éste detenido en El Escorial. Los cabecillas del intento de golpe de estado son identificados cobardemente por el príncipe y desterrados. Él implora por carta clemencia y es perdonado.    En enero de 1808 nuevas tropas francesas al mando de Joaquín Murat atraviesan la frontera y se apodera con facilidad  de San Sebastián, Pamplona y Barcelona, poniendo, a continuación, rumbo a Madrid.

La acción sorprende en  la corte. La familia real  proyecta su traslado a Sevilla con la intención de huir a América llegado el caso. Los preparativos del viaje alarman al pueblo. Carlos IV, para tranquilizar la situación, publica  una proclama negando el hecho. Los españoles piensan que Godoy ha vendido España. A partir del 17 de marzo el pueblo español se agita convulso. Una masa humana  se agolpa frente al Palacio Real de Aranjuez y asalta la residencia del ministro que salva su vida huyendo escondido en un rollo de alfombras.

Carlos IV toma, ante la Corte y los ministros,  la decisión de  desposeer a Godoy de todos sus poderes y asume personalmente el mando del Ejército y de la Marina, pero el 19 de marzo el ministro es localizado escondido en su casa. La plebe, indignada, clama por su  linchamiento. La única salida al conflicto es la abdicación de rey en la persona de su hijo, desde ese momento, Fernando VII.

Murat, que ha llegado a Madrid el 23 de marzo, consigue de Carlos una retractación privada de la abdicación y aconseja a Fernando VII se entreviste con Napoleón quien, supuestamente, viene con esa intención a España. El encuentro tiene lugar finalmente en Bayona, donde también están  Carlos IV, María Luisa de Parma y Godoy. En medio de vergonzosas escenas familiares, el emperador consigue que Fernando devuelva la corona española a su padre a cambio de posesiones y rentas,  y que éste, a su vez, la ceda a  Francia recibiendo, en pago, el palacio de Compiègne, el castillo de Chambord y cuatro millones de pesos anuales.  

 

Oficialmente, desde el 5 de mayo de1808, la Corona Española pertenece a Napoleón Bonaparte.   

 

 

El dos de mayo de 1808

La actitud de la población madrileña el dos de mayo de 1808 señala el comienzo de la resistencia armada ante los intentos de dominación por parte de Francia. Se trata de un movimiento popular que marca una sustancial diferencia con la actitud pasiva de la mayor parte de la nobleza y la sumisa de las instituciones: Corona, Cortes y Consejo de Castilla.

Circula de manera insistente por la villa el rumor de que Napoleón no reconoce a Fernando VII como rey de España y las tropas francesas se mueven por Madrid con autoridad y  actitudes provocativas que irritan a los ciudadanos. El requerimiento del emperador para el traslado a Bayona del infante Don Francisco y de la reina de Etruria junto con sus hijos, caldea los ánimos de los madrileños que se agolpan ante el Palacio Real con objeto de impedir su salida. El llanto del niño es el detonante que enfrenta a la multitud con la escolta que acompaña al cortejo.  Murat envía un batallón de granaderos que dispara sobre la muchedumbre indefensa. Se generaliza así un enfrentamiento  que se extiende por las calles adyacentes.  Numerosos sublevados dirigidos por los capitanes Daoiz y Velarde se hacen fuertes en el Parque de Monteleón  durante horas. La superioridad francesa, que cuenta con los refuerzos del General Moncey, termina por dominar la situación. Un bando de Joaquín Murat dispone pena de muerte para todo aquel que sea hallado con armas en la mano. En la noche del dos a tres de mayo se suceden las ejecuciones de patriotas en la Puerta del Sol, en San Ginés y en el alto de Príncipe Pio. Los invasores han sufrido las bajas de sesenta oficiales y alrededor de novecientos soldados.

 

El comienzo de la guerra: El gobierno en las zonas sublevadas 

Señores Justicias de los pueblos a quienes se presentase este oficio, de mí, el Alcalde de la villa de Móstoles:

Es notorio que los Franceses apostados en las cercanías de Madrid y dentro de la Corte, han tomado la defensa, sobre este pueblo capital y las tropas españolas; como Españoles es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que so color de amistad y alianza nos quieren imponer un pesado yugo. Después de haberse apoderado de la Augusta persona del Rey; procedamos pues, a tomar las activas providencias para escarmentar tanta perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos y alentándonos, pues no hay fuerzas que prevalezcan contra quien es leal y valiente, como los españoles lo son.

Dios guarde a Ustedes muchos años.

Móstoles, dos de mayo de mil ochocientos y ocho”.

Llamamiento del alcalde de Móstoles animando al levantamiento contra las tropas francesas.

La repercusión del alzamiento en Madrid es prodigiosa. Numerosas ciudades y mandos militares se levantan en armas mientras se ensayan formas de gobierno autónomas en las comarcas sublevadas. Son las Juntas provinciales de gobierno y defensa que actúan de manera independiente.   Pero los acontecimientos aconsejan la consolidación de un mando único en la  Junta Central con representantes de todas la Juntas provinciales que, en septiembre, aprovechando la retirada del rey José Bonaparte, pasa a ser la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, con sede en el Palacio Real de Aranjuez, presidida por, el ya anciano, Conde de Floridablanca.  Ocupada Madrid por Napoleón, trasladará su ubicación hasta Sevilla.

 

La guerra se plantea en varios escenarios. Por una parte se  articulan las guerrillas que son movimientos espontáneos de gente del pueblo que opta por la resistencia armada y se organiza en partidas de voluntarios que, bajo las órdenes de un jefe de cuadrilla, hostigan al ejército enemigo en la retaguardia destruyendo sus abastecimientos. La represión francesa es muy dura y actúa contra la población civil, pero no logra terminar con el espíritu de lucha de los españoles que se mantiene vivo durante toda la contienda.

Por otro lado, restos del ejército regular se encierran en algunas ciudades y reparten armas entre sus habitantes que sufren el sitio francés. Gerona, defendida por  Álvarez de Castro, y Zaragoza, bajo dirección de Palafox, aunque es Agustina de Aragón la que alcanza la  condición de mito gracias a su heroica actuación.

 

 


ADEMÁS

 

Responsables últimos de este proyecto

Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado

Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica

Apunte estadístico

Portal activo desde abril de 2004. Los auditores de seguimiento que contabilizan las visitas desde esa fecha acreditan una suma entre 4.000 y 10.000 visualizaciones diarias para el conjunto de secciones que lo integran. Las visitas en el servidor «https» son privadas y no quedan reflejadas en  los contadores visibles