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FUENTEOVEJUNA

Los documentos a los que aquí se accede han sido realizados expresamente para desarrollar los programas académicos que trabajamos con nuestros alumnos. Esta serie se completa en muchos casos con propuestas de actividades interactivas, audios o vídeos que concretan y validan el grado de comprensión alcanzado o, simplemente, actuan como elemento motivador. También está disponible una estructura tipo «Wiki» colaborativa, abierta a cualquier docente o alumno que quiera participar en ella. Para acceder a estos contenidos se debe utilizar el «DIRECTORIO de la SECCIÓN». Para otras áreas de conocimiento u opciones use el botón: «Navegar»

Autor: Lope de Vega

 Cine

ACTO III (Fragmento)

Salen ESTEBAN, ALONSO y BARRILDO.

ESTEBAN

¿No han venido a la junta?

BARRILDO

No han venido.

ESTEBAN

Pues más apriesa nuestro daño corre.

BARRILDO

Ya está lo más del pueblo prevenido.

ESTEBAN

Frondoso con prisiones en la torre,

y mi hija Laurencia en tanto aprieto,

si la piedad de Dios no los socorre...

(Salen JUAN ROJO y el REGIDOR.)

 

JUAN ROJO

¿De qué dais voces, cuando importa tanto

a nuestro bien, Esteban, el secreto?

ESTEBAN

Que doy tan pocas es mayor espanto.

(Sale MENGO.)

 

MENGO

También vengo yo a hallarme en esta junta.

ESTEBAN

Un hombre cuyas canas baña el llanto,

labradores honrados, os pregunta

qué obsequias debe hacer toda esa gente

a su patria sin honra, ya perdida.

Y si se llaman honras justamente,

¿cómo se harán, si no hay entre nosotros

hombre a quien este bárbaro no afrente?

Respondedme; ¿hay alguno de vosotros

que no esté lastimado en honra y vida?

¿No os lamentáis los unos y los otros?

Pues si ya la tenéis todos perdida,

¿a qué aguardáis? ¿Qué desventura es ésta?

JUAN ROJO

La mayor que en el mundo fue sufrida.

Mas pues ya se publica y manifiesta

que en paz tienen los reyes a Castilla

y su venida a Córdoba se apresta,

vayan dos regidores a la villa,

y echándose a sus pies pidan remedio.

BARRILDO

En tanto que Fernando, aquel que humilla

a tantos enemigos, otro medio

será mejor, pues no podrá, ocupado,

hacernos bien, con tanta guerra en medio.

REGIDOR

Si mi voto de vos fuera escuchado,

desamparar la villa doy por voto.

JUAN ROJO

¿Cómo es posible en tiempo limitado?

MENGO

A la fe, que si entiende el alboroto,

que ha de costar la junta alguna vida.

REGIDOR

Ya, todo el árbol de paciencia roto,

corre la nave de temor perdida.

La hija quitan con tan gran fiereza

a un hombre honrado, de quien es regida

la patria en que vivís, y en la cabeza

la vara quiebran tan injustamente.

¿Qué esclavo se trató con más bajeza?

JUAN ROJO

¿Qué es lo que quieres tú que el pueblo intente?

REGIDOR Morir, o dar la muerte a los tiranos,

pues somos muchos, y ellos poca gente.

BARRILDO

¡Contra el señor las armas en las manos!

ESTEBAN

El rey sólo es señor después del cielo,

y no bárbaros hombres inhumanos.

Si Dios ayuda nuestro justo celo,

¿qué nos ha de costar?

Mirad, señores,

que vais en estas cosas con recelo.

Puesto que por los simples labradores

estoy aquí, que más injurias pasan,

más cuerdo represento sus temores.

JUAN ROJO

Si nuestras desventuras se compasan,

para perder las vidas, ¿qué aguardamos?

Las casas y las viñas nos abrasan:

tiranos son; a la venganza vamos.

(Sale LAURENCIA, desmelenada.)

 

LAURENCIA

Dejadme entrar, que bien puedo

en consejo de los hombres;

que bien puede una mujer,

si no a dar voto a dar voces.

¿Conocéisme?

ESTEBAN

¡Santo Cielo!

¿No es mi hija?

JUAN ROJO

¿No conoces

a Laurencia?

LAURENCIA

Vengo tal,

que mi diferencia os pone

en contingencia quién soy.

ESTEBAN

¡Hija mía!

LAURENCIA

No me nombres

tu hija.

ESTEBAN

¿Por qué, mis ojos?

¿Por qué?

LAURENCIA

Por muchas razones,

y sean las principales,

porque dejas que me roben

tiranos sin que me vengues,

traidores sin que me cobres.

Aún no era yo de Frondoso,

para que digas que tome,

como marido, venganza;

que aquí por tu cuenta, corre;

que en tanto que de las bodas

no haya llegado la noche,

del padre, y no del marido,

la obligación presupone;

que en tanto que no me entregan

una joya, aunque la compre,

no ha de correr por mi cuenta

las guardas ni los ladrones.

Llevóme de vuestros ojos

a su casa Fernán Gómez:

la oveja al lobo dejáis,

como cobardes pastores.

¡Qué dagas no vi en mi pecho!

¡Qué desatinos enormes,

qué palabras, qué amenazas,

y qué delitos atroces,

por rendir mi castidad

a sus apetitos torpes!

Mis cabellos, ¿no lo dicen?

¿No se ven aquí los golpes,

de la sangre y las señales?

¿Vosotros sois hombres nobles?

¿Vosotros padres y deudos?

¿Vosotros, que no se os rompen

las entrañas de dolor,

de verme en tantos dolores?

Ovejas sois, bien lo dice

de Fuente Ovejuna el nombre.

Dadme unas armas a mí,

pues sois piedras, pues sois bronces,

pues sois jaspes, pues sois tigres...

-Tigres no, porque feroces

siguen quien roba sus hijos,

matando los cazadores

antes que entren por el mar

y por sus ondas se arrojen.

Liebres cobardes nacistes;

bárbaros sois, no españoles.

Gallinas, ¡vuestras mujeres

sufrís que otros hombres gocen!

Poneos ruecas en la cinta.

¿Para qué os ceñís estoques?

¡Vive Dios, que he de trazar

que solas mujeres cobren

la honra de estos tiranos,

la sangre de estos traidores,

y que os han de tirar piedras,

hilanderas, maricones,

amujerados, cobardes,

y que mañana os adornen

nuestras tocas y basquiñas,

solimanes y colores!

A Frondoso quiere ya,

sin sentencia, sin pregones,

colgar el Comendador

del almena de una torre;

de todos hará lo mismo;

y yo me huelgo, medio-hombres,

por que quede sin mujeres

esta villa honrada, y torne

aquel siglo de amazonas,

eterno espanto del orbe.

ESTEBAN

Yo, hija, no soy de aquellos

que permiten que los nombres

con esos títulos viles.

Iré solo, si se pone

todo el mundo contra mí.

JUAN ROJO

Y yo, por más que me asombre

la grandeza del contrario.

REGIDOR

Muramos todos.

BARRILDO

Descoge

un lienzo al viento en un palo,

y mueran estos inormes.

JUAN ROJO

¿Qué orden pensáis tener?

MENGO

Ir a matarle sin orden.

Juntad el pueblo a una voz;

que todos están conformes

en que los tiranos mueran.

ESTEBAN

Tomad espadas, lanzones,

ballestas, chuzos y palos.

MENGO

¡Los Reyes nuestros señores

vivan!

TODOS

¡Vivan muchos años!

MENGO

¡Mueran tiranos traidores!

TODOS

¡Traidores tiranos mueran!

(Vanse todos.)

 

LAURENCIA

Caminad, que el cielo os oye.

-¡Ah, mujeres de la villa!

¡Acudid, por que se cobre

vuestro honor, acudid todas!

 (Salen PASCUALA, JACINTA y otras mujeres.)

 

PASCUALA

¿Qué es esto? ¿De qué das voces?

LAURENCIA

¿No veis cómo todos van

a matar a Fernán Gómez,

y hombres, mozos y muchachos,

furiosos, al hecho corren?

¿Serán bien que solos ellos

de esta hazaña el honor gocen,

pues no son de las mujeres

sus agravios los menores?

JACINTA

Di, pues, ¿qué es lo que pretendes?

LAURENCIA

Que puestas todas en orden,

acometamos a un hecho

que dé espanto a todo el orbe.

Jacinta, tu grande agravio,

que sea cabo; responde

de una escuadra de mujeres.

JACINTA

No son los tuyos menores.

LAURENCIA

Pascuala, alférez serás.

PASCUALA

Pues déjame que enarbole

en un asta la bandera:

verás si merezco el nombre.

LAURENCIA

No hay espacio para eso,

pues la dicha nos socorre:

bien nos basta que llevemos

nuestras tocas por pendones.

PASCUALA

Nombremos un capitán.

LAURENCIA

Eso no.

PASCUALA ¿Por qué?

LAURENCIA

Que adonde

asiste mi gran valor,

no hay Cides ni Rodamontes.

(Vanse)

 

 


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Responsables últimos de este proyecto

Antonio García Megía y María Dolores Mira y Gómez de Mercado

Son: Maestros - Diplomados en Geografía e Historia - Licenciados en Flosofía y Letras - Doctores en Filología Hispánica

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